29 Apr
Inteligencia emocional


El manejo de la inteligencia emocional es muy importante para destacar como líder. Saber comunicar y escuchar, interpretar la comunicación no verbal, prestar atención a las necesidades de los miembros de tu equipo…Si gestionas bien tu inteligencia emocional tendrás mucho terreno ganado.

Daniel Goleman, el gurú de la inteligencia emocional: un sinónimo de carácter, personalidad o habilidades blandas

Inteligencia emocional en la empresa

Las aplicaciones de la inteligencia emocional en el mundo de la empresa son múltiples y muy variadas. Con la nueva manera de hacer negocios en mercados cada vez más competitivos y globalizados, las empresas buscan gente que no sólo esté preparada técnicamente para desarrollar las tareas diarias de la empresa, sino que al mismo tiempo sea adaptable, empatía, resolutiva, etc.

Se valora la capacidad de los empleados en el uso de las habilidades propias de la inteligencia emocional. En este mismo sentido, los propios directivos y gerentes de las empresas también han de potenciar sus habilidades emocionales y sociales para empatizar con el resto del equipo y poder transmitir los mensajes y la información básica para que el funcionamiento del equipo sea eficiente y eficaz.

¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?

Tal y como apunta el propio Goleman, la inteligencia emocional se puede desarrollar y aprender. Algunas de las herramientas que te ayudarán a potenciar tus capacidades emocionales son:

Autoconocimiento: cambiando la forma de pensar se consigue cambiar los sentimientos, las emociones y también los comportamientos. No obstante, hay que saber diferenciar entre los valores y las creencias racionales para fomentarlas y las irracionales para dejarlas a un lado.

Autocontrol: es muy importante mantener y saber gestionar el control de uno mismo. Para ello debes mantener una actitud positiva, comunicarte con frecuencia con el resto de tus compañeros, programar actividades con eficacia, no abarcar más de lo que puedes y abandonar los pensamientos que te causan estrés.

Asertividad: es la conducta que permite que una persona actúe basándose en sus intereses o necesidades, expresar cómodamente sus sentimientos, defenderse sin ansiedad o ejercer sus propios derechos sin negar los de los demás.

Empatía: la empatía consiste en la participación efectiva y emotiva de una persona en una realidad ajena. Para potenciar la empatía, escucha con interés a tu interlocutor, analiza la situación y valora las implicaciones personales.


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